Todo lo que tienes que saber sobre el primer paso de tu rutina de cuidado facial
LA LIMPIEZA
Seguramente sea el paso más importante de la rutina facial y, probablemente, en el que menos reparamos.
A veces invertimos grandes sumas de dinero en cremas antiarrugas, antiedad, hidratantes o en esas ampollas de las que te habló tu amiga y que prometen ser buenísimas y, nos olvidamos de la limpieza o no le prestamos importancia.
Os aseguro que sin una buena limpieza facial como primer paso, el resto de la rutina carece de sentido.
La piel de nuestra cara está siempre descubierta, lo que implica que está siempre expuesta a la polución y a la suciedad, aunque no lleves maquillaje, en tu rostro hay partículas que debes eliminar antes de aplicar tus productos.
Si quieres que esos tratamiento en los que has invertido tanto hagan su efecto, nunca te saltes este paso.
Lo primero que debes conocer es cuál es el producto que necesitas. Todas las pieles son diferentes y por ello es indispensable conocerla y elegir el producto adecuado.
Si tienes una piel sensible no debes usar el mismo producto que alguien con la piel grasa.
Normalmente la edad para empezar a realizar la limpieza facial es la adolescencia. Durante esta etapa ocurren numerosos cambios que pueden llegar a reflejarse en la piel.
Sobre los 20 años ya debe ser una rutina obligatoria que nos acompañará toda la vida, teniendo en cuenta que los productos que usemos, irán cambiando con la edad, del mismo modo que lo hacen las cremas u otros productos que usemos.
Apta para todo tipo de pieles, incluidas las más sensibles.
Ideal para:
Pieles secas
Pieles con estos signos: Tirantez, picor y descamación.
Si este es tu tipo de piel pero no te gustan los productos sin aclarado, puedes usar cremas limpiadoras sin jabón o jabones sin jabón.
Ojo: Si usas un aceite limpiador siempre debes aplicar la rutina de doble limpieza facial y realizar un segundo paso empleando un limpiador de base acuosa.
(El resto de productos limpiadores se pueden usar como paso único, pero el aceite no).
Ideal para:
Pieles mixtas
Pieles con estos signos: Brillos y piel tirante y seca
Ideal para:
Pieles grasas
Pieles con estos signos: Acné, granos, poros dilatados, brillos…
Si llevas maquillaje el primer paso de tu limpieza debe ser retirarlo de tus ojos con un producto específico para ello.
Su uso es el siguiente paso tras la higiene ya que tiene como función principal retirar los restos de suciedad que hayan podido quedar, cerrar los poros y refrescar la piel.
Este paso elimina las células muertas de la piel que pueden obstruir los poros.
Hay dos tipos de exfoliación
Mecánica, que se realiza aplicando movimientos en el rostro con algún elemento abrasivo (pequeños granos o una esponja, por ejemplo)
Química, mediante el uso de activos químicos que “disuelven” las células muertas (como el ácido glicólico o el ácido láctico).
Realizan una limpieza profundidad, eliminando la suciedad y las impurezas que obstruyen los poros de la piel
Muy útiles en pieles grasas y acneicas.
Es un método de limpieza facial en dos pasos que actúa limpiando la piel en dos niveles.
Primer paso: empleamos un producto oleoso indicado para eliminar el maquillaje, polución, el exceso de grasa y los filtros de protección solar.
Segundo paso: aplicamos un producto de base acuosa, indicado para eliminar la suciedad, el sudor, las células desprendidas de nuestra piel y los residuos que aún quedan en la piel tras el primer paso.
¿Conocías este método?
Ve a tu centro de estética para una limpieza profesional en cabina, una o dos veces al año.
No frotes tu piel con una toalla para secarla, realiza pequeños toquecitos recorriendo tu rostro.
Usa una toalla pequeña solo para la cara, no la uses para otras partes del cuerpo.
Nunca olvides lavarte las manos antes de limpiar tu rostro.
Te dejamos algunos de los limpiadores que puedes comprar en nuestra farmacia aquí.
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